sábado, 31 de julio de 2010

Sabíamos no decirnos nada. Conservando en apariencia, una amistad consolidada.
Sabíamos no exigirnos mucho.Hola. ¿Qué hacés?, convidame un pucho, que me tenés abandonada.
Vos con tu mochila a cuestas. Yo con la excusa perfecta, para charlar de pavadas.
Nos hizo un guiño san telmo, un poco de humo en el medio, y enloquecieron las miradas.
Quiso el destino que esa noche hiciera frío, y que el ruido de los coches me hiciera hablarte al oído.
Y si el diablo se contenta con que dudes un instante. Vos y yo nuestras miserias y esta noche por delante amor.
¿Quién sabe?
Un umbral perdido, y aquel bar medio vacío, como único testigo.
Bridamos por el olvido,
y el espíritu del vino,
se fue haciendo nuestro amigo.
Con el corazón en llanta,
nada mejor que tu lengua,
abrigando mi garganta.
Y conga, conga, conga.
Y que siga la milonga,
que el mozo traiga otra ronda
y que pague Dios.
Quiso el destino que ya no hiciera mas frío, y sin coche y sin ruido sigo hablándote al oído.
Y el diablo se contenta con que dudes un instante. Vos y yo nuestras miserias y esta noche por delante amor.
¿Quién sabe?...
Amor...
¿Quién sabe?...